domingo, 25 de enero de 2015

HERNANDO YÁÑEZ DE LA ALMEDINA

Existen muy pocos datos biográficos sobre su vida.
Se piensa que Yáñez procedía de una estirpe de moriscos tanto por su apellido como por su gentilicio y por su amor a las telas y letras árabes expresado en alguna de sus obras donde viste a personajes ilustres con ellas al igual que utiliza las letras cúficas propias del arte árabe. Personajes vestidos así, Santa catalina de casa argudín , el soldado en pie y de espaldas, de la resurreción del museo de valencia. El rey moro de la epifanía de cuenca etc. También cubriendo con ellas el lecho de muerte de la virgen maría en el retablo mayor de la catedral de valencia. En su época joven se podría haber puesto en contacto con llanos ya qu este probablemente ya fuera un pintor reconocido a nivel comarcal y el cual pudiera tener ya trabajos y ayudantes a su servicio. Probablemente Yáñez fue a parar como discípulo de Llanos que ya seria un pintor experimentado probablemente que habría perfeccionado su técnica en la cercana Valencia de finales del siglo XV, que en su último tercio de siglo vio coexistir en su recinto los talleres pictóricos más dispares, diversos en su raíz estilística pero unánimes en su inquietud y en el interés por las novedades, entonces revolucionarias del procedimiento.
Valencia era la salida más natural de cualquier muchacho manchego que quisiera asomarse al mundo y probar fortuna y en valencia florecían por entonces famosos talleres. Todavía pintaban en esta ciudad los últimos discípulos de los talleres de tendencia goticista, como el JAcomart y el de Reixach, pero ya en 1471 se había verificado un hecho fundamental que había de influir durante un siglo en la pintura valenciana: la venida de Paolo de San Leocadio que trae a ella los rostros redondos y sonrientes, las suaves "sfumaturas", los colores brillantes y delicados de la escuela lombarda. En valencia pintaba al mismo tiempo un pintor aficionado a las tintas suaves y a las delicadas veladuras, quizás aprendidas en Portugal: Rodrigo de Osona. Los discípulos de unos y otros talleres, influyéndose mutuamente, crean una cantidad extraordinaria de obras inclasificables en que todas esas tendencias se confunden y compensan en obras de gran encanto. Por este foco artístico pasó, a lo que parece, Jan Van Eyck, cuyo arte era en la ciudad singularmente estimado y en la que se conocía la técnica al óleo antes que en la mayor parte de Europa. (Miguel Falomir Faus, 1996:330)
En ocasiones se ha dicho que Llanos y Yáñez estudiaron juntos y que por tanto la diferencia de edad entre ambos no era muy grande, cosa improbable, otras que ambos pisaron por primera vez valencia juntos y que se instruyeron en las nuevas artes al mismo tiempo. Pero algunos documentos del archivo de la catedral de valencia, como el que dice "(...)fon hordenat per los dos magnifichs senyors mosen Francesch Corts e mosen Guillem Serra qui la clau de fusta escolpida so es la Asumsio de la Verge Maria capella de la Verge Maria fos feta la quall donaren ells mateyx a preu fet a mestre Ferando (...)"
En este documento se hace referencia al encargo a un tal maestro Ferando para hacer la calve de la capilla de la Virgen María que había resultado muy dañada en el incendio de la catedral donde el antiguo retablo argenteo se destruyó. En estas obras para rehacer algunas obras de la catedral de Valencia también participaron Paolo de San Leocadio y Francesco Pagano traidos a valencia por orden del cardenal Rodrigo de Borja, futuro papa Alejandro VI, con los cuales entabla una posible relación y de los que su pintura podría coger tintes italianos del quattrocento. De hecho hay una relación documentada entre ellos por motivos de la "clau". También cabe la posibilidad de que Hernando Yáñez de la Almedina estuviera en Valencia en estos momentos junto a Llanos en calidad de discípulo y por eso no aparece en las escrituras, probablemente si fuera así tendría una edad cercana a los catorce o quince años. No mucho más documentada que esta estancia en Valencia por parte de los Hernandos es su estancia en Italia, aunque queda claro que alguno de ellos o ambos estuvo, debido a su homonimia no se puede discernir cual de ellos fue el que realmente estuvo cerca de los círculos leonardescos incluso trabajando con el mismo Da Vinci y esto no se puede saber salvo por algunas apreciaciones estilísticas en las obras de estos que parecen dar a entender que el que más influencia tuvo de Leonardo fue Yáñez. Hay varios documentos italianos que nos muestran los trabajos de un tal "Ferrando Spagnolo" trabajando en Italia: "Per questo lavoro aveva 15 florini larghi d'oro in oro al mese Ebbe compagni ed ajusti Raffaello d'Antonio di Biagio e Ferrando Spagnolo", "30 Aprilo 1505. Alla pintura della sala grande per piu colori et vaselle, comprati a Lionardo da Vinci, et fiorini 5 d'oro gaghati a Ferrando Spagnolo, dipintore, et a Thomaso che macina e colori dati, lire 59, 13.", "10 Agosto 1505 a Ferrando Spagnolo, dipintore, per dipingere con Lionardo da Vinci nella sala del consiglio fiorini 5 larghi e a Thomaso di Giovanni Merine su garzone per macinare e colori, fiorini 1 in oro".

A pesar de todo se puede llegar a creer que el pintor que estuvo con Leonardo fuera Llanos que era más fiel seguidor de la pintura de este, mientras que Yáñez se le podría localizar por su estilo posterior más próximo a venecia y al ambiente de Giorgione, esta última hipótesis es de María Luisa Caturla. Además Vasari en un texto también menciona la estancia de un pintor español anónimo entre los años 1504 y 1505 colaborando con Domenico Pecori en Arezzo. Por tanto es bastante dificultoso desentrañar quien de los dos estuvo en cada lugar y cuando y a quien se refieren en los pagos a Ferrando Spagnolo. (Felipe Mª Garín, 1953: 64).

Lo que es ciertamente seguro es que Yáñez de la Almedina volvió de Italia un poco después que Llanos pues a Llanos se le encuentra en los archivos catedraliceos el 8 de julio de 1506, donde se le atribuye un pago relaiconado con el retablo de los santos Cosme y Damián, más tarde aparecen dos pagos a ambos pintores los días 12 de septiembre y 9 de diciembre del mismo año también relacionados con dicho retablo. Una de las tesis más extendida de la llegada prácticamente conjunta de ambos hernandos a la ciudad del Turia en esas fechas es la creación del retablo mayor de la catedral de Valencia, para el cual es de imaginar que les pidieran una referencia de su calidad artística para lo que se crearía el retablo de los Santos Cosme y Damián, y por lo visto las autoridades pertinentes quedaron prendadas del maravilloso arte de ambos manchegos y sin dudarlo les encomendaron la realización del retablo mayor. El contrato para este se fecha el 1 de marzo de 1507, entre el cabildo y los pintores. Como veremos posteriormente, Yáñez nunca se movería geográficamente por motivos azarosos, sino que siempre buscando una meta o alguna empresa que le llevara a superarse personalmente a él y a su arte, así ocurrió con el altar mayor de la catedral y posteriormente en Cuenca y Almedina.
Una de las curiosidades referentes a los manchegos es que el nombre de Llanos suele aparecer por delante de su tocayo, así se les solía identificar con "mestre Ferrando de Llanos e ha son companyo". La razón para ello sea que probablemente Llanos gozara de cierta fama en Valencia por trabajos realizados anteriormente, además de su mayor edad comparada con la de Yáñez esto provocaría que su nombre prevaleciera, esto courre así hasta 1509, donde por fin aparece una alternancía de nombres. Una vez terminadas las puertas, el nombre de Llanos desaparece de los archivos de la seo, no así el de Yáñez que ya habría conseguido una cierta fama gracias a su excelentísimo estilo pictórico. Y aparece desde 1511 hasta 1514 como único maestro en la larga realización de los órganos y en 1515 en las puertas del "organet Xiquet".

Se suele decir que ambos siguieron trabajando juntos hasta 1515 donde encontramos la separación con la pequeña estancia de Yáñez en Barcelona y la ida permanente de Llanos hacia Murcia. Esta hipótesis se crea a partir de un impuesto de la tacha real de 1513 donde aparecen los "Ferrandos pintors" viviendo en un mismo domicilio en la parroquia de San Andrés. Por tanto parece ser que compartían domicilio y taller. Pero la verdad es que no se les vuelve a encontrar juntos en ningún documento, y es posible creer, que Yáñez tras haber alcanzado el máximo desarrollo de su pintura y una gran fama en la ciudad levantina no estuviera dispuesto a compartir sus beneficios con su compañero y empezaran a trabajar cada uno por su parte y quizás cabe la posibilidad de que este distanciamiento laboral que imprimiera Yáñez fuera la razón de la separación definitiva de ambos.
Además parece ser que Hernandiáñez, había encontrado un discípulo pues en un archivo de la realización de órgano de la catedral aparece que el 1 de mayo de 1514 se pagan unas cantidades a "Diequo de Mayor, criat de mestre Ferrando de Almedina". Este Diequo de Mayor, se puede identificar con Diego de Mallorca o Diego de Maya, aunque parece ser que es la misma persona pero con diferentes transcripciones del nombre. Al parecer este tal Diego de Maya, murió al caer de un andamio mientras trabajaba.


En 1515 como ya citamos anteriormente Hernando Yáñez de la Almedina realiza un pequeño viaje a Barcelona que duraría apenas un año y del cual no encontramos ningún resto pictórico. Por tanto no podemos hablar realmente de un período barcelonés del artista. Este interludio en la vida pictórica del artista, llama la atención por estar bastante bien documentado, algo no muy común en la biografía del manchego, y por ser un hito geográfico más para él. Su presencia está documentada los días 19 y 21 de abril de 1515. Este aparece junto a Martin Yvanyes y Peris des Fontaynes. En un juicio pericial de un retablo hecho por Juan de Borgonya para la iglesia barcelonesa de Santa María del Pino. En ocasiones se ha pensado que la repentina aparición de Yáñez en Barcelona para realizar este peritaje se debe a la supuesto amistad que le unía a Juan de Borgonya, pero la verdad es que este no designaba a los peritos y de hecho Yáñez fue el más duro de los tres peritos a la hora de juzgar los trabajos e incluso reclamaba la repetición de parte del retablo por falta de calidad.
Yáñez pudo llegar a estar en Barcelona durante un período entre un año y año y medio. En este tiempo es bien posible que pudiera realizar varias obras, que no se extraviaran con el paso del tiempo. Pero este "fase" barcelonesa de la cual no tenemos ninguna referencia no significa un punto y final a Valencia pues el 3 de diciembre de 1515 se realiza un pago hacia él de la catedral.

Este último período valenciano de Yáñez quizás sea el más opaco de toda su trayectoría, pues apenas existen documentos ni muestras de su estancia en la ciudad. Esta falta de documentación ha llegado a hacer pensar a algunos que en lugar de volver a Valencia el manchego pudiera haberse ido a Italia de nuevo. Pero si los documentos no muestran la estancia de Yáñez en Valencia si lo hacen por su parte las pinturas que dejo para la historia como los Calvarios, los Juicios, el retablo de Ayora y otras piezas similares que definían de buena forma su estancia en el levante español. Además la posible estancia en Italia pierde todo el sentido al encontrar un documento en Almedina en el cual se lo cita en un bautizo el 20 de septiembre de 1518. Se le encuentra en Almedina durante siete años hasta el 1525, cuando marcha a Cuenca. Pero el hecho de que este en Almedina no parece significar que halla roto definitivamente sus lazos con Valencia ni que no volviera a la ciudad, pues en ciertas ocasiones se puede encontrar su nombre.
En Almedina además de a él encontramos referencias a su mujer, aunque no aparece su nombre, y a sus cuatro hijos. Además suele aparecer en los momentos más importantes de su pueblo natal, pues no contaba con más de 260 habitantes y este era uno de los más celebres. De hecho Yáñez aparece como Contioso en Almedina, por tanto parece que debía tener a su cargo una pequeña fortuna que le obligara a mantener a unos cuantos caballos por si fuera necesario entrar en guerra.
La estancia de Yáñez en Almedina, abandonando Valencia normalmente se ha teorizado con que fuera provocada por la peste y posterior revolución de las germanías que tuvo lugar en Valencia a partir del 1519, aunque el pintor marchara hacia la mancha un año antes es probable que tuviera en mente volver ya que Valencia ofrecía garantías de trabajo de calidad.

En 1525 marcha hacia Cuenca, ningún período del pintor está tan bien determinado por fechas casi exactas como el conquense, y esta determinación de las fechas viene dada por las dos únicas fechas que se conocen de este período. La primera sería un poder de cobro que el pintor redactó el 17 de marzo de 1525 en Cuenca. La segunda alude al testamento del Canónigo Gómez Carrillo de Albornoz, redactado el 23 de mayo de 1531.



En estos momentos parece ser que Yáñez rompía definitivamente sus lazos con Valencia ya que en la meseta meridional de la península se le ofrecía posibilidades de garantía para trabajar durante muchos años, y para un hombre que ya rondaría los cincuenta años un viaje tan largo como el que le pudiera llevar a Valencia no sería muy recomendable. Además en Almedina todavía le faltaba por rematar en gran altar mayor de la parroquial. Así como otras obras que no han llegado a nuestros días. Y por último en esos momentos estaba iniciando relaciones profesionales con dos grandes familias notables de Cuenca, los Peso y sobre todo los Carrillo de Albornoz. Y la demanda de ejecución de cuatro retablos para la catedral de la ciudad satisfarían en gran medida sus ansias profesionales. Como ya dijimos anteriormente los movimentos geográficos del almedinense nunca se dan de manera arbitraria pues siempre tiene buenos motivos profesionales para hacerlos.

Enter finales de 1531 y principios de 1532 Yáñez retorna a su pueblo natal definitivamente. La primera noticia que se tiene de Yáñez de nuevo en Almedina es el 18 de mayo de 1532 donde interviene como compadre en un bautizo cosa que seguira haciendo año tras año hasta 1537 donde encontramos su última referencia documental. Por tanto cualquier especulación sobre su muerte es vana pues pudo haber muerto en 1538 o adentrarse en la década de los cuarenta, es imposible discenir la fecha exacta de su fallecimiento, la fecha tope para ello debería ser el 7 de diciembre de 1549, donde deja de mencionarse a Hernandiáñez entre los contiosos de Almedina.
Al parecer este momento vital de Yáñez pudo ser tan fructífero como los anteriores y así lo atestiguan sus paisanos en 1575: "(...) según lo testifican hoy sus obras que dejó muchas en esta villa y en otras partes (...)".

Lo que puede quedarnos ciertamente bien claro es que Yáñez gozó de un gran bienestar económico y prestigio social y profesional. Esto se puede llegar a vislumbrar en el tratamiento que hace de él Gómez Carrillo de Albornoz que lo trata como "Hernand Yáñes, singular pintor" y "señor pintor Hernand Yáñes". Esto también queda claro al ser incluido entre los contiosos de la villa de Almedina en 1536.

Por tanto estamos hablando de uno de los más grandes artistas del renacimiento español, que introdujo desde su llegada de Italia y que extendió por buena parte de la península ibérica, pero cuya opacidad documental y su desgraciada homonimia con Hernando de Llanos han mantenido en el olvido durante largos años.

BIBLIOGRAFÍA (aplicable a todas las obras tratadas)

- Yáñez de la Almedina pintor español, Felipe Mª Garín Ortiz de Taranco. Servicio de estudios artísticos institución Alfonso el magnánimo, diputación provincial de valencia 1953.
-Fernando Yáñez de la Almedina (La incógnita Yáñez).Pedro Miguel Ibáñez Martinez. Ediciones de la universidad de castilla la mancha y de la diputación de cuenca.
-Los hernandos pintores españoles del entorno de Leonardo, Generalitat valenciana, 1998.
-Arte en Valencia 1472-1522. Miguel Falomir Faus. Consell valencià de cultura.
-Història de l'art al país valencià volum II.
-Los Hernandos. Jose Gómez Frechina. Ed arco libros, S.L.




No hay comentarios:

Publicar un comentario