Existen
muy pocos datos biográficos sobre su vida.
Se
piensa que Yáñez procedía de una estirpe de moriscos tanto por su
apellido como por su gentilicio y por su amor a las telas y letras
árabes expresado en alguna de sus obras donde viste a personajes
ilustres con ellas al igual que utiliza las letras cúficas propias
del arte árabe. Personajes vestidos así, Santa catalina de casa
argudín , el soldado en pie y de espaldas, de la resurreción del
museo de valencia. El rey moro de la epifanía de cuenca etc. También
cubriendo con ellas el lecho de muerte de la virgen maría en el
retablo mayor de la catedral de valencia. En su época joven se
podría haber puesto en contacto con llanos ya qu este probablemente
ya fuera un pintor reconocido a nivel comarcal y el cual pudiera
tener ya trabajos y ayudantes a su servicio. Probablemente Yáñez
fue a parar como discípulo de Llanos que ya seria un pintor
experimentado probablemente que habría perfeccionado su técnica en
la cercana Valencia de finales del siglo XV, que en su último tercio
de siglo vio coexistir en su recinto los talleres pictóricos más
dispares, diversos en su raíz estilística pero unánimes en su
inquietud y en el interés por las novedades, entonces
revolucionarias del procedimiento.
Valencia
era la salida más natural de cualquier muchacho manchego que
quisiera asomarse al mundo y probar fortuna y en valencia florecían
por entonces famosos talleres. Todavía pintaban en esta ciudad los
últimos discípulos de los talleres de tendencia goticista, como el
JAcomart y el de Reixach, pero ya en 1471 se había verificado un
hecho fundamental que había de influir durante un siglo en la
pintura valenciana: la venida de Paolo de San Leocadio que trae a
ella los rostros redondos y sonrientes, las suaves "sfumaturas",
los colores brillantes y delicados de la escuela lombarda. En
valencia pintaba al mismo tiempo un pintor aficionado a las tintas
suaves y a las delicadas veladuras, quizás aprendidas en Portugal:
Rodrigo de Osona. Los discípulos de unos y otros talleres,
influyéndose mutuamente, crean una cantidad extraordinaria de obras
inclasificables en que todas esas tendencias se confunden y compensan
en obras de gran encanto. Por este foco artístico pasó, a lo que
parece, Jan Van Eyck, cuyo arte era en la ciudad singularmente
estimado y en la que se conocía la técnica al óleo antes que en la
mayor parte de Europa. (Miguel Falomir Faus, 1996:330)
En
ocasiones se ha dicho que Llanos y Yáñez estudiaron juntos y que
por tanto la diferencia de edad entre ambos no era muy grande, cosa
improbable, otras que ambos pisaron por primera vez valencia juntos y
que se instruyeron en las nuevas artes al mismo tiempo. Pero algunos
documentos del archivo de la catedral de valencia, como el que dice
"(...)fon hordenat per los dos magnifichs senyors mosen
Francesch Corts e mosen Guillem Serra qui la clau de fusta escolpida
so es la Asumsio de la Verge Maria capella de la Verge Maria fos feta
la quall donaren ells mateyx a preu fet a mestre Ferando (...)"
En
este documento se hace referencia al encargo a un tal maestro Ferando
para hacer la calve de la capilla de la Virgen María que había
resultado muy dañada en el incendio de la catedral donde el antiguo
retablo argenteo se destruyó. En estas obras para rehacer algunas
obras de la catedral de Valencia también participaron Paolo de San
Leocadio y Francesco Pagano traidos a valencia por orden del cardenal
Rodrigo de Borja, futuro papa Alejandro VI, con los cuales entabla
una posible relación y de los que su pintura podría coger tintes
italianos del quattrocento. De hecho hay una relación documentada
entre ellos por motivos de la "clau". También cabe la
posibilidad de que Hernando Yáñez de la Almedina estuviera en
Valencia en estos momentos junto a Llanos en calidad de discípulo y
por eso no aparece en las escrituras, probablemente si fuera así
tendría una edad cercana a los catorce o quince años. No mucho más
documentada que esta estancia en Valencia por parte de los Hernandos
es su estancia en Italia, aunque queda claro que alguno de ellos o
ambos estuvo, debido a su homonimia no se puede discernir cual de
ellos fue el que realmente estuvo cerca de los círculos leonardescos
incluso trabajando con el mismo Da Vinci y esto no se puede saber
salvo por algunas apreciaciones estilísticas en las obras de estos
que parecen dar a entender que el que más influencia tuvo de
Leonardo fue Yáñez. Hay varios documentos italianos que nos
muestran los trabajos de un tal "Ferrando Spagnolo"
trabajando en Italia: "Per questo lavoro aveva 15 florini larghi
d'oro in oro al mese Ebbe compagni ed ajusti Raffaello d'Antonio di
Biagio e Ferrando Spagnolo", "30 Aprilo 1505. Alla pintura
della sala grande per piu colori et vaselle, comprati a Lionardo da
Vinci, et fiorini 5 d'oro gaghati a Ferrando Spagnolo, dipintore, et
a Thomaso che macina e colori dati, lire 59, 13.", "10
Agosto 1505 a Ferrando Spagnolo, dipintore, per dipingere con
Lionardo da Vinci nella sala del consiglio fiorini 5 larghi e a
Thomaso di Giovanni Merine su garzone per macinare e colori, fiorini
1 in oro".
A pesar
de todo se puede llegar a creer que el pintor que estuvo con Leonardo
fuera Llanos que era más fiel seguidor de la pintura de este,
mientras que Yáñez se le podría localizar por su estilo posterior
más próximo a venecia y al ambiente de Giorgione, esta última
hipótesis es de María Luisa Caturla. Además Vasari en un texto
también menciona la estancia de un pintor español anónimo entre
los años 1504 y 1505 colaborando con Domenico Pecori en Arezzo. Por
tanto es bastante dificultoso desentrañar quien de los dos estuvo en
cada lugar y cuando y a quien se refieren en los pagos a Ferrando
Spagnolo. (Felipe Mª Garín, 1953: 64).
Lo que
es ciertamente seguro es que Yáñez de la Almedina volvió de Italia
un poco después que Llanos pues a Llanos se le encuentra en los
archivos catedraliceos el 8 de julio de 1506, donde se le atribuye un
pago relaiconado con el retablo de los santos Cosme y Damián, más
tarde aparecen dos pagos a ambos pintores los días 12 de septiembre
y 9 de diciembre del mismo año también relacionados con dicho
retablo. Una de las tesis más extendida de la llegada prácticamente
conjunta de ambos hernandos a la ciudad del Turia en esas fechas es
la creación del retablo mayor de la catedral de Valencia, para el
cual es de imaginar que les pidieran una referencia de su calidad
artística para lo que se crearía el retablo de los Santos Cosme y
Damián, y por lo visto las autoridades pertinentes quedaron
prendadas del maravilloso arte de ambos manchegos y sin dudarlo les
encomendaron la realización del retablo mayor. El contrato para este
se fecha el 1 de marzo de 1507, entre el cabildo y los pintores. Como
veremos posteriormente, Yáñez nunca se movería geográficamente
por motivos azarosos, sino que siempre buscando una meta o alguna
empresa que le llevara a superarse personalmente a él y a su arte,
así ocurrió con el altar mayor de la catedral y posteriormente en
Cuenca y Almedina.
Una de
las curiosidades referentes a los manchegos es que el nombre de
Llanos suele aparecer por delante de su tocayo, así se les solía
identificar con "mestre Ferrando de Llanos e ha son companyo".
La razón para ello sea que probablemente Llanos gozara de cierta
fama en Valencia por trabajos realizados anteriormente, además de su
mayor edad comparada con la de Yáñez esto provocaría que su nombre
prevaleciera, esto courre así hasta 1509, donde por fin aparece una
alternancía de nombres. Una vez terminadas las puertas, el nombre de
Llanos desaparece de los archivos de la seo, no así el de Yáñez
que ya habría conseguido una cierta fama gracias a su excelentísimo
estilo pictórico. Y aparece desde 1511 hasta 1514 como único
maestro en la larga realización de los órganos y en 1515 en las
puertas del "organet Xiquet".
Se
suele decir que ambos siguieron trabajando juntos hasta 1515 donde
encontramos la separación con la pequeña estancia de Yáñez en
Barcelona y la ida permanente de Llanos hacia Murcia. Esta hipótesis
se crea a partir de un impuesto de la tacha real de 1513 donde
aparecen los "Ferrandos pintors" viviendo en un mismo
domicilio en la parroquia de San Andrés. Por tanto parece ser que
compartían domicilio y taller. Pero la verdad es que no se les
vuelve a encontrar juntos en ningún documento, y es posible creer,
que Yáñez tras haber alcanzado el máximo desarrollo de su pintura
y una gran fama en la ciudad levantina no estuviera dispuesto a
compartir sus beneficios con su compañero y empezaran a trabajar
cada uno por su parte y quizás cabe la posibilidad de que este
distanciamiento laboral que imprimiera Yáñez fuera la razón de la
separación definitiva de ambos.
Además
parece ser que Hernandiáñez, había encontrado un discípulo pues
en un archivo de la realización de órgano de la catedral aparece
que el 1 de mayo de 1514 se pagan unas cantidades a "Diequo de
Mayor, criat de mestre Ferrando de Almedina". Este Diequo de
Mayor, se puede identificar con Diego de Mallorca o Diego de Maya,
aunque parece ser que es la misma persona pero con diferentes
transcripciones del nombre. Al parecer este tal Diego de Maya, murió
al caer de un andamio mientras trabajaba.
En 1515
como ya citamos anteriormente Hernando Yáñez de la Almedina realiza
un pequeño viaje a Barcelona que duraría apenas un año y del cual
no encontramos ningún resto pictórico. Por tanto no podemos hablar
realmente de un período barcelonés del artista. Este interludio en
la vida pictórica del artista, llama la atención por estar bastante
bien documentado, algo no muy común en la biografía del manchego, y
por ser un hito geográfico más para él. Su presencia está
documentada los días 19 y 21 de abril de 1515. Este aparece junto a
Martin Yvanyes y Peris des Fontaynes. En un juicio pericial de un
retablo hecho por Juan de Borgonya para la iglesia barcelonesa de
Santa María del Pino. En ocasiones se ha pensado que la repentina
aparición de Yáñez en Barcelona para realizar este peritaje se
debe a la supuesto amistad que le unía a Juan de Borgonya, pero la
verdad es que este no designaba a los peritos y de hecho Yáñez fue
el más duro de los tres peritos a la hora de juzgar los trabajos e
incluso reclamaba la repetición de parte del retablo por falta de
calidad.
Yáñez
pudo llegar a estar en Barcelona durante un período entre un año y
año y medio. En este tiempo es bien posible que pudiera realizar
varias obras, que no se extraviaran con el paso del tiempo. Pero este
"fase" barcelonesa de la cual no tenemos ninguna referencia
no significa un punto y final a Valencia pues el 3 de diciembre de
1515 se realiza un pago hacia él de la catedral.
Este
último período valenciano de Yáñez quizás sea el más opaco de
toda su trayectoría, pues apenas existen documentos ni muestras de
su estancia en la ciudad. Esta falta de documentación ha llegado a
hacer pensar a algunos que en lugar de volver a Valencia el manchego
pudiera haberse ido a Italia de nuevo. Pero si los documentos no
muestran la estancia de Yáñez en Valencia si lo hacen por su parte
las pinturas que dejo para la historia como los Calvarios, los
Juicios, el retablo de Ayora y otras piezas similares que definían
de buena forma su estancia en el levante español. Además la posible
estancia en Italia pierde todo el sentido al encontrar un documento
en Almedina en el cual se lo cita en un bautizo el 20 de septiembre
de 1518. Se le encuentra en Almedina durante siete años hasta el
1525, cuando marcha a Cuenca. Pero el hecho de que este en Almedina
no parece significar que halla roto definitivamente sus lazos con
Valencia ni que no volviera a la ciudad, pues en ciertas ocasiones se
puede encontrar su nombre.
En
Almedina además de a él encontramos referencias a su mujer, aunque
no aparece su nombre, y a sus cuatro hijos. Además suele aparecer en
los momentos más importantes de su pueblo natal, pues no contaba con
más de 260 habitantes y este era uno de los más celebres. De hecho
Yáñez aparece como Contioso en Almedina, por tanto parece que debía
tener a su cargo una pequeña fortuna que le obligara a mantener a
unos cuantos caballos por si fuera necesario entrar en guerra.
La
estancia de Yáñez en Almedina, abandonando Valencia normalmente se
ha teorizado con que fuera provocada por la peste y posterior
revolución de las germanías que tuvo lugar en Valencia a partir del
1519, aunque el pintor marchara hacia la mancha un año antes es
probable que tuviera en mente volver ya que Valencia ofrecía
garantías de trabajo de calidad.
En 1525
marcha hacia Cuenca, ningún período del pintor está tan bien
determinado por fechas casi exactas como el conquense, y esta
determinación de las fechas viene dada por las dos únicas fechas
que se conocen de este período. La primera sería un poder de cobro
que el pintor redactó el 17 de marzo de 1525 en Cuenca. La segunda
alude al testamento del Canónigo Gómez Carrillo de Albornoz,
redactado el 23 de mayo de 1531.
En
estos momentos parece ser que Yáñez rompía definitivamente sus
lazos con Valencia ya que en la meseta meridional de la península se
le ofrecía posibilidades de garantía para trabajar durante muchos
años, y para un hombre que ya rondaría los cincuenta años un viaje
tan largo como el que le pudiera llevar a Valencia no sería muy
recomendable. Además en Almedina todavía le faltaba por rematar en
gran altar mayor de la parroquial. Así como otras obras que no han
llegado a nuestros días. Y por último en esos momentos estaba
iniciando relaciones profesionales con dos grandes familias notables
de Cuenca, los Peso y sobre todo los Carrillo de Albornoz. Y la
demanda de ejecución de cuatro retablos para la catedral de la
ciudad satisfarían en gran medida sus ansias profesionales. Como ya
dijimos anteriormente los movimentos geográficos del almedinense
nunca se dan de manera arbitraria pues siempre tiene buenos motivos
profesionales para hacerlos.
Enter
finales de 1531 y principios de 1532 Yáñez retorna a su pueblo
natal definitivamente. La primera noticia que se tiene de Yáñez de
nuevo en Almedina es el 18 de mayo de 1532 donde interviene como
compadre en un bautizo cosa que seguira haciendo año tras año hasta
1537 donde encontramos su última referencia documental. Por tanto
cualquier especulación sobre su muerte es vana pues pudo haber
muerto en 1538 o adentrarse en la década de los cuarenta, es
imposible discenir la fecha exacta de su fallecimiento, la fecha tope
para ello debería ser el 7 de diciembre de 1549, donde deja de
mencionarse a Hernandiáñez entre los contiosos de Almedina.
Al
parecer este momento vital de Yáñez pudo ser tan fructífero como
los anteriores y así lo atestiguan sus paisanos en 1575: "(...)
según lo testifican hoy sus obras que dejó muchas en esta villa y
en otras partes (...)".
Lo que
puede quedarnos ciertamente bien claro es que Yáñez gozó de un
gran bienestar económico y prestigio social y profesional. Esto se
puede llegar a vislumbrar en el tratamiento que hace de él Gómez
Carrillo de Albornoz que lo trata como "Hernand Yáñes,
singular pintor" y "señor pintor Hernand Yáñes".
Esto también queda claro al ser incluido entre los contiosos de la
villa de Almedina en 1536.
Por
tanto estamos hablando de uno de los más grandes artistas del
renacimiento español, que introdujo desde su llegada de Italia y que
extendió por buena parte de la península ibérica, pero cuya
opacidad documental y su desgraciada homonimia con Hernando de Llanos
han mantenido en el olvido durante largos años.
BIBLIOGRAFÍA (aplicable a todas las obras tratadas)
-
Yáñez de la Almedina pintor español, Felipe Mª Garín Ortiz de
Taranco. Servicio de estudios artísticos institución Alfonso el
magnánimo, diputación provincial de valencia 1953.
-Fernando
Yáñez de la Almedina (La incógnita Yáñez).Pedro Miguel Ibáñez
Martinez. Ediciones de la universidad de castilla la mancha y de la
diputación de cuenca.
-Los
hernandos pintores españoles del entorno de Leonardo, Generalitat
valenciana, 1998.
-Arte
en Valencia 1472-1522. Miguel Falomir Faus. Consell valencià de
cultura.
-Història
de l'art al país valencià volum II.
-Los Hernandos. Jose
Gómez Frechina. Ed arco libros, S.L.
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