RASGOS CARACTERÍSTICOS:
- Materiales pobres: mampostería,
tapial y yesos para las lacerías caladas.
- El arco de herradura se sustituye por
el peraltado ligeramente acampanado.
- El sistema arquitectónico es
adintelado encubierto ya que todos los arcos decorativos.
- Las columnas son esbeltas, adornadas
con finas molduras o collarinos en el fuste y originales capiteles
con dos cuerpos, uno cilíndrico con decoración de cintas y otro
cúbico con mocárabes de origen bizantino.
- Los muros están alicatados en sus
zócalos con lacerías o figuras geométricas.
- Los techos se cubren con increibles
bóvedas de mocárabes.
La Alhambra se gestó sobre la colina
de la Sabika, donde ya había una construcción anterior de época
zirí. Es la colina de más altitud que rode Granada. Es una
ciudadela por cuanto dentro de su recinto existía una auténtica
ciudad, con todos los medios necesarios. No obstante hay que
considerarla como una ciudad para la realeza insertada, y a la vez
separada, en la propia ciudad para la realeza insertada, y a la vez
separada, en la propia ciudad o medina de Granada. Digamos que es,
como una ciudad privada.
FACHADA DE COMARES
Se alza de forma majestuosa frente a la
galería del Cuarto Dorado. Fue mandada construir por Muhammad V en
1370 con motivo de la conquista de Algeciras. Su composición
decorativa, basada en el sistema proporcional de su trazado, con la
distribución tripartita del espacio, combinando el rectángulo áureo
con el cuadrado, supone la culminación de todo un proceso evolutivo
del arte andalusí.
Originalmente, estaba revestida de
vivos colores con variadas tonalidades, alcanzando su propia
superación en el impresionante alero, obra maestra de la carpintería
islámica. La compilación y síntesis de elementos decorativos
geométricos, epigráficos y vegetales estilizados adquiere
perfección proporcional en esta fachada.
Delante de la fachada, destacado sobre
la escalinata, simbolizando el legítimo trono, el Sultán recibía
en audiencia e impartía justicia a sus súbditos, según tradición
que se remonta a la antigüedad clásica.
Formalmente, este frente servía de
separación entre el ámbito administrativo y público, del familiar
y privado del palacio. La puerta derecha conducía a dependencias
familiares y de servicio. La de la izquierda comunica con el Patio de
Comares, tras atravesar un corredor ascendente en recodo, sin más
iluminación que la natural del propio patio que, de forma
deslumbrante, penetra al otro extremo, todo con un marcado valor
simbólico.
PATIO DE LOS LEONES
Construido en 1377 por Mohamed V, hijo
de Yusuf I. De planta rectangular, rodeado por una esbelta galería
con 124 columnas de mármol blanco de Macael. Alrededor, las alcobas,
salas privadas del sultán y esposas con pisa alto abierto, falta de
ventanas que miren al exterior, pero con jardín interior como
corresponde a la idea musulmana del paraiso. Lo que hoy es mármol en
el patio, en su momento fue jardín. De cada sala fluyen 4 arroyos
que van al centro: los 4 ríos del paraíso. Las columnas se unen con
paños calados que dejan pasar la luz. Fustes cilíndricos muy
delgados, anillos en la parte superior, capiteles cúbicos sobre los
que corren inscripciones. Los dos templetes que avanzan a los dos
lados opuestos del patio son como un recuerdo de la tienda de campaña
de los beduinos. Son de planta cuadrada, decorados con cúpulas de
madera que se apoyan en pechinas de mocárabes. Toda la galería esta
techada con artesonado de lacería.
La fuente de los leones tiene diversas
significaciones o simbologías. Por una parte los doce leones tienen
una simbolización astrológica, cada león alude a un signo
zodiacal. Por otra, tiene una significación politica o mayestática
que está relacionada con el Rey Salomón ( el rey arquitecto) puesto
que hay una inscripción en la fuente referida a este. Por última y
la más importante, alude a un símbolo paradisíaco refiriéndose
así a la fuente, originaría de la vida y los 4 ríos del Paraíso.
SALA DE LAS DOS HERMANAS
El nombre lo recibe por las dos grandes
losas de mármol, centradas por una fuentecilla que evacua por un
canalillo al patio de los leones.
El zócalo de alicatados, uno de los
más originales por su peculiaridad de toda la Alhambra, es una bella
composición geométrica a base del entrelazado de cintas de varios
colores.
La decoración de yesería de los
paramentos, dividida como es característico del arte nazarí en
grandes paños separados por inscripciones epigráficas, cubre por
completo los muros, culminando en la que es sin duda la obra maestra:
una cúpula de mocárabes que, a partir de una estrella central, se
desarrollan mediante el conocido teorema de Pitágoras.
En los dos laterales de la sala, de
planta cuadrada, abren dos alcobas. Cada una con su característico
espacio para la tarima o cama, que se cubren con unos extraordinarios
artesonados de madera bellamente decorativos.
MIRADOR DE DARAXA O SALA DEL TRONO
Tiene un nicho con aberturas hacia el
exterior donde el sultán recibía a sus visitantes aureolado de luz.
El nombre popular de este rincón encantador es el mirador de
Lindaraja. Bajo un arco ciego de mocárabes se desarrolla toda una
decoración en yesería policromada, básicamente epigráfica, que
enmarca una ventana con doble arco y parteluz que al igual que las
ventanas laterales, están situadas en puntos muy bajos para,
sentados en el suelo, divisar el paisaje.
SALA DE LOS ABENCERRAJES
De la planta cuadrada, centrada por una
bella fuente dodecagonal de mármol, abren a sus costados, mediante
dobles arcos, dos amplias alcobas. Gran parte de su decoración de
yesería fue muy restaurada en el siglo XVI, al que también
corresponde el principal de azulejos, de procedencia sevillana.
Lo más espectacular de la sala es su
impresionante cúpula de mocárabes en forma de estrella de ocho
puntas al abrirse sobre ocho trompas también de mocárabes.
SALA DE LOS MOCÁRABES
Debió servir de habitación vestibular
o de recepción, al encontrarse próximo a la entrada principal del
palacio.
A ella se accede por tres grandes arcos
de mocárabes, ricamente decorados, que le sirven de iluminación. Su
denominación procede de la bóveda que originalmente cubrió la
estancia.
SALA DE LOS REYES
El espacio se encuentra dividido en
tres alcobas de planta cuadrada, rematadas con cúpulas de mocárabes
que sobresalen de la cubierta general a semejanza de linternas. Estas
salas se ven fraccionadas perpendicularmente por grandes arcos dobles
de mocárabes.
Las tres falsas bóvedas albergan
pinturas sobre cuero de rica iconografía profana. El estilo se
corresponde con el gótico lineal en el abundante empleo de la línea
y el dorado, responde también a los caracteres de la pintura
trecentista: tanto en los rasgos de los personajes representados como
en algunas indumentarias de tipo florentino. El conjunto se debe a
artistas cristianos conocedores del mundo musulmán, en donde se
mezclan la estética italiana con la islámica, poniéndose de
manifiesto la influencia del taller toledano como base de la amistad
existente entre don Pedro I de castilla y Muhammad V de Granada.
En las bóvedas laterales, parecen
representarse las escenas secuenciales de un relato novelesco
medieval, en el que unos caballeros, clarament identificados por sus
ropas musulmanas y cristianas, realizan diversas pruebas para obtener
los favores de una dama.
La historia que comienza en la bóveda
de la izquierda, puede tener su desenlace en la de la derecha,
sucediéndose distintos episodios como la cacería de animales
salvajes, el juego del ajedrez o la justa de caballeros. Todas las
escenas se desarrollan entre una extraordinaria representación de la
naturaleza: aves y animales silvestres en movimiento entre una
profusa vegetación y arboleda.
La sala de los reyes recibe su nombre
precisamente por los diez personajes enigmáticos que aparecen en la
bóveda de la alcoba central, que fue considerada impropiamente desde
antiguo como la representación de los sultanes más destacados de la
dinastía nazarí; incluso la sala fue llamada hasta el siglo XIX
sala de la justicia, al interpretar las figuras como jueces reunidos
en tribunal.
Lo que si parece cierto es que la
escena representada debía ser muy parecida a la que tenía lugar
habitualmente en la estancia: una reunión de notables, con la
presencia del sultán o de destacados miembros de la corte.
Los personajes, cuyas facciones
corresponden a hombres venerables de aspecto occidental, se muestran
sentados a la manera tradicional en animada conversación, con gestos
de movimiento. Sus vestidos son de ceremonía como atestiguan las
espadas que portan, los correajes y el característico turbante
nazarí.
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