domingo, 25 de enero de 2015

LA ALHAMBRA DE GRANADA


RASGOS CARACTERÍSTICOS:
- Materiales pobres: mampostería, tapial y yesos para las lacerías caladas.
- El arco de herradura se sustituye por el peraltado ligeramente acampanado.
- El sistema arquitectónico es adintelado encubierto ya que todos los arcos decorativos.
- Las columnas son esbeltas, adornadas con finas molduras o collarinos en el fuste y originales capiteles con dos cuerpos, uno cilíndrico con decoración de cintas y otro cúbico con mocárabes de origen bizantino.
- Los muros están alicatados en sus zócalos con lacerías o figuras geométricas.
- Los techos se cubren con increibles bóvedas de mocárabes.



La Alhambra se gestó sobre la colina de la Sabika, donde ya había una construcción anterior de época zirí. Es la colina de más altitud que rode Granada. Es una ciudadela por cuanto dentro de su recinto existía una auténtica ciudad, con todos los medios necesarios. No obstante hay que considerarla como una ciudad para la realeza insertada, y a la vez separada, en la propia ciudad para la realeza insertada, y a la vez separada, en la propia ciudad o medina de Granada. Digamos que es, como una ciudad privada.

FACHADA DE COMARES




Se alza de forma majestuosa frente a la galería del Cuarto Dorado. Fue mandada construir por Muhammad V en 1370 con motivo de la conquista de Algeciras. Su composición decorativa, basada en el sistema proporcional de su trazado, con la distribución tripartita del espacio, combinando el rectángulo áureo con el cuadrado, supone la culminación de todo un proceso evolutivo del arte andalusí.

Originalmente, estaba revestida de vivos colores con variadas tonalidades, alcanzando su propia superación en el impresionante alero, obra maestra de la carpintería islámica. La compilación y síntesis de elementos decorativos geométricos, epigráficos y vegetales estilizados adquiere perfección proporcional en esta fachada.

Delante de la fachada, destacado sobre la escalinata, simbolizando el legítimo trono, el Sultán recibía en audiencia e impartía justicia a sus súbditos, según tradición que se remonta a la antigüedad clásica.

Formalmente, este frente servía de separación entre el ámbito administrativo y público, del familiar y privado del palacio. La puerta derecha conducía a dependencias familiares y de servicio. La de la izquierda comunica con el Patio de Comares, tras atravesar un corredor ascendente en recodo, sin más iluminación que la natural del propio patio que, de forma deslumbrante, penetra al otro extremo, todo con un marcado valor simbólico.

PATIO DE LOS LEONES

Construido en 1377 por Mohamed V, hijo de Yusuf I. De planta rectangular, rodeado por una esbelta galería con 124 columnas de mármol blanco de Macael. Alrededor, las alcobas, salas privadas del sultán y esposas con pisa alto abierto, falta de ventanas que miren al exterior, pero con jardín interior como corresponde a la idea musulmana del paraiso. Lo que hoy es mármol en el patio, en su momento fue jardín. De cada sala fluyen 4 arroyos que van al centro: los 4 ríos del paraíso. Las columnas se unen con paños calados que dejan pasar la luz. Fustes cilíndricos muy delgados, anillos en la parte superior, capiteles cúbicos sobre los que corren inscripciones. Los dos templetes que avanzan a los dos lados opuestos del patio son como un recuerdo de la tienda de campaña de los beduinos. Son de planta cuadrada, decorados con cúpulas de madera que se apoyan en pechinas de mocárabes. Toda la galería esta techada con artesonado de lacería.

La fuente de los leones tiene diversas significaciones o simbologías. Por una parte los doce leones tienen una simbolización astrológica, cada león alude a un signo zodiacal. Por otra, tiene una significación politica o mayestática que está relacionada con el Rey Salomón ( el rey arquitecto) puesto que hay una inscripción en la fuente referida a este. Por última y la más importante, alude a un símbolo paradisíaco refiriéndose así a la fuente, originaría de la vida y los 4 ríos del Paraíso.

SALA DE LAS DOS HERMANAS

El nombre lo recibe por las dos grandes losas de mármol, centradas por una fuentecilla que evacua por un canalillo al patio de los leones.
El zócalo de alicatados, uno de los más originales por su peculiaridad de toda la Alhambra, es una bella composición geométrica a base del entrelazado de cintas de varios colores.
La decoración de yesería de los paramentos, dividida como es característico del arte nazarí en grandes paños separados por inscripciones epigráficas, cubre por completo los muros, culminando en la que es sin duda la obra maestra: una cúpula de mocárabes que, a partir de una estrella central, se desarrollan mediante el conocido teorema de Pitágoras.
En los dos laterales de la sala, de planta cuadrada, abren dos alcobas. Cada una con su característico espacio para la tarima o cama, que se cubren con unos extraordinarios artesonados de madera bellamente decorativos.

MIRADOR DE DARAXA O SALA DEL TRONO

Tiene un nicho con aberturas hacia el exterior donde el sultán recibía a sus visitantes aureolado de luz. El nombre popular de este rincón encantador es el mirador de Lindaraja. Bajo un arco ciego de mocárabes se desarrolla toda una decoración en yesería policromada, básicamente epigráfica, que enmarca una ventana con doble arco y parteluz que al igual que las ventanas laterales, están situadas en puntos muy bajos para, sentados en el suelo, divisar el paisaje.

SALA DE LOS ABENCERRAJES

De la planta cuadrada, centrada por una bella fuente dodecagonal de mármol, abren a sus costados, mediante dobles arcos, dos amplias alcobas. Gran parte de su decoración de yesería fue muy restaurada en el siglo XVI, al que también corresponde el principal de azulejos, de procedencia sevillana.
Lo más espectacular de la sala es su impresionante cúpula de mocárabes en forma de estrella de ocho puntas al abrirse sobre ocho trompas también de mocárabes.

SALA DE LOS MOCÁRABES

Debió servir de habitación vestibular o de recepción, al encontrarse próximo a la entrada principal del palacio.
A ella se accede por tres grandes arcos de mocárabes, ricamente decorados, que le sirven de iluminación. Su denominación procede de la bóveda que originalmente cubrió la estancia.

SALA DE LOS REYES

El espacio se encuentra dividido en tres alcobas de planta cuadrada, rematadas con cúpulas de mocárabes que sobresalen de la cubierta general a semejanza de linternas. Estas salas se ven fraccionadas perpendicularmente por grandes arcos dobles de mocárabes.
Las tres falsas bóvedas albergan pinturas sobre cuero de rica iconografía profana. El estilo se corresponde con el gótico lineal en el abundante empleo de la línea y el dorado, responde también a los caracteres de la pintura trecentista: tanto en los rasgos de los personajes representados como en algunas indumentarias de tipo florentino. El conjunto se debe a artistas cristianos conocedores del mundo musulmán, en donde se mezclan la estética italiana con la islámica, poniéndose de manifiesto la influencia del taller toledano como base de la amistad existente entre don Pedro I de castilla y Muhammad V de Granada.
En las bóvedas laterales, parecen representarse las escenas secuenciales de un relato novelesco medieval, en el que unos caballeros, clarament identificados por sus ropas musulmanas y cristianas, realizan diversas pruebas para obtener los favores de una dama.
La historia que comienza en la bóveda de la izquierda, puede tener su desenlace en la de la derecha, sucediéndose distintos episodios como la cacería de animales salvajes, el juego del ajedrez o la justa de caballeros. Todas las escenas se desarrollan entre una extraordinaria representación de la naturaleza: aves y animales silvestres en movimiento entre una profusa vegetación y arboleda.

La sala de los reyes recibe su nombre precisamente por los diez personajes enigmáticos que aparecen en la bóveda de la alcoba central, que fue considerada impropiamente desde antiguo como la representación de los sultanes más destacados de la dinastía nazarí; incluso la sala fue llamada hasta el siglo XIX sala de la justicia, al interpretar las figuras como jueces reunidos en tribunal.
Lo que si parece cierto es que la escena representada debía ser muy parecida a la que tenía lugar habitualmente en la estancia: una reunión de notables, con la presencia del sultán o de destacados miembros de la corte.
Los personajes, cuyas facciones corresponden a hombres venerables de aspecto occidental, se muestran sentados a la manera tradicional en animada conversación, con gestos de movimiento. Sus vestidos son de ceremonía como atestiguan las espadas que portan, los correajes y el característico turbante nazarí.


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