A menudo se aplica
el término tardío a aquello que al parecer sigue quedando anclado
en el pasado, aquello que no ha logrado superar la grandiosidad de
formas pasadas, y que intenta barroquizarlas. Y esto mismo es lo que
ocurrió con el final del gótico inglés o gótico tardío. Este, se
da entre los siglos XIV y XV y podríamos destacar como rasgos
generales el hecho de que la visualización exterior de la
arquitectura que tanta importancia se había dado anteriormente,
sobre todo en las catedrales góticas francesas, comienza a perder
importancia y con frecuencia, esta estructura pasaba a ser ocultada.
A esto habría que
añadirle, que aumentó el número de pináculos, gabletes, cornisas,
hornacinas, etc., las tracerías de los vanos cada vez eran más
complejas y además se aumentaba la altura de las torres con
puntiagudas agujas caladas.
Los arcos ya no eran
simples arcos ojivales, los maestros de obras comenzaron a
experimentar con arcos con diferentes centros, los cuales les
permitían un mayor juego con las curvas y las formas, ejemplos de
estos podrían ser, los mixtilíneos, los carpaneles o los
conopiales. La mayoría de estos arcos perdieron su labor estructural
para convertirse en meros objetos de decoración.
Las bóvedas también
comenzaban a transformarse poco a poco, pasando de la típica
cubierta cuatripartita a unas complicadas ligaduras de nervios y
terceletes lanzados entre las claves que los unían formando dibujos
como flores o estrellas. Al igual que los arcos, estas formas
arquitectónicas comenzaban a perder su valor estructural. Todo este
tipo de nuevas formas, implicaba un cambio drástico en la formación
y en el tipo de conocimientos que los maestros de obras debían poner
en práctica, estos arquitectos, dada su complicada labor comenzarían
a ser respetados en un mayor grado.

En estos momentos,
es Inglaterra el lugar donde se darán gran parte de estas
innovaciones, dando lugar al llamado “gótico perpendicular”
(perpendicular style), también llamado opus anglicanum,
por oposición al opus francigenum del siglo XIII, un nuevo
estilo que será mayoritario en las islas británicas a partir de
mediados del siglo XIV. Y quizás podamos encontrar que el elemento
arquitectónico que mejor define este nuevo estilo sea la bóveda en
abanico (fan vaulting).
La diferencia
principal con la bóveda de crucería sería el abandono de la curva
convencional del arco apuntado. En el caso de la bóveda de abanico
esta curva esta formada por varios arcos de elipse formando varias
curvaturas diferentes. Esta nueva disposición permitirá colocar
todas las claves en un mismo plano, dando como resultado una sucesión
de pirámides curvilíneas.
Todos los nervios
del abanico tienen la misma curva y colocados de formar equidistante
dispuestos sobre una curva continua, además la mayoría de ellos tan
solo cuentan con una función meramente estética, aunque, si
existían algunos nervios con una función de descarga de las
fuerzas.
La primera
manifestación de este perpendicular style la podemos
encontrar en la que fuera abadía benedictina de Gloucester,
actualmente catedral de Gloucester, más concretamente en su
claustro.
La catedral de
Gloucester, está situada en la ciudad brítánica del cual acoge su
nombre, en el suroeste de Inglaterra. Fue construida a lo largo de
muchos siglos y combina elementos románicos, de arquitectura gótica
y de gótico perpendicular.
En el lugar donde se
creó la catedral se había rendido culto durante más de 1300 años.
En el año 679 el príncipe de Mercia, Osric, funda en ese mismo
lugar un pequeño monasterio anglosajón. Esa primitiva comunidad
incluía monjes y monjas y estuvo bajo el mando de Kyneburga (hermana
del príncipe Osric). A comienzos del siglo XI, los monjes de la
orden benedictina fueron a vivir y trabajar a este monasterio. En el
año 1089, Guillermo el Conquistador mandó la construcción del
edificio actual y se le llamó Abadía de San Pedro. En 1541
Enrique VIII disolvió la abadía y fundó la catedral para la nueva
diócesis anglicana de Gloucester.
Este último período
de la arquitectura gótica inglesa, no hace más que enfatizar, como
ya dije anteriormente, y desarrollar las características de la fase
anterior (decorated).
A pesar de que el
nacimiento del gótico perpendicular se ha querido situar en la corte
de Londres, ha sido la abadía de Gloucester la que ha jugado un
papel fundamental en el origen del Gótico perpendicular inglés,
tanto en la parte reformada de la cabecera de la iglesia, como en el
claustro edificado bajo el mandato de los abades Horton y Frocester
(1351-1407). Tanto los muros como los ventanales presentan un mismo
tipo de cerramiento, en el que triunfa la ley de división vertical,
con nervios finos y secos, que arrancan desde el suelo y son
entrecortados por otros horizontales, disponiendo series continuas de
paneles rectangulares superpuestos. Por contraposición a estas
mallas verticales, claramente ordenadas, los abovedamientos adquieren
una forma complicada y fantástica, con múltiples nervios: son las
bóvedas en abanico. Son planas en su parte superior, decoradas con
cuadrifolios, adoptan en descenso forma de medios conos invertidos
aplicados a la pared y surcados por múltiples nervios dispuestos
como las varillas de un abanico. En ocasiones, las claves pendientes
completan la decoración de estas bóvedas, que exigen gran maestría
técnica, y que con frecuencia se hallan realizadas en madera. Estas
nuevas formas perdurarán en Inglaterra hasta bien entrada la Edad
Moderna.
La repentina
construcción de este nuevo estilo en el claustro hace pensar que ya
existía un equipo de canterios que utilizaban técnicas
especialmente avanzadas en la ciudad de Gloucester.
Esta nueva
construcción que se produce en la abadía está impulsada por las
peregrinaciones a la tumba de Eduardo II, asesinado en 1327 por su
mujer. El abad Wigmore entre 1329 y 1337, sin tocar la construcción
románica, la revistió en la zona del presbiterio y del brazo sur
del crucero con una pantalla compuesta de paneles rectangulares,
dispuestos verticalmente, y superpuestos a lo alto de los tres pisos
de la articulación mural anterior. La bóveda del presbiterio se
construye en tiempos del abad Adam de Staunton, entre 1337 y 1357,
mientras que el claustro es comenzado por el abad Thomas Horton, que
dirige el monasterio entre 1351 y 1377, siendo terminado por su
sucesor el abad Frocester, que muere en 1407.
Este nuevo estilo
introducido en la abadía, se desarrolla por todo el oeste de
Inglaterra con bastante celeridad. Como ejemplo la capilla de la
Virgen en Hereford, comenzada en 1359, aunque destruida actualmente,
se sabe por algunos dibujos que estaba cubierta por bóvedas de
abanico.
En el último tercio
del siglo XIV se realizan importantes modificaciones en las
catedrales de Canterbury, Winchester y Cork.
Hacia el año 1400,
los recrudecimientos de la peste, el advenimiento de la dinastía
Lancaster, haciendo pesar fuertes amenazas sobre los bienes de la
iglesia, y las consecuencias de la guerra contra los franceses se
convierten en factores que ralentizarán este nuevo empuje
constructivo, aunque en ningún caso acabarán con él.
BIBLIOGRAFÍA
Juan Vicente García Marsilla (dir).
Carles Mancho, Isabel Ruiz de la Peña. Historia del Arte medieval.
Universitat de València. 2012 p. 324 en adelante.
Escrito
por Marvin Trachtenberg,Isabelle Hyman
https://books.google.es/books?id=F_YpWVKLG8gC&pg=PA311&dq=catedral+de+gloucester&hl=es&sa=X&ei=GM5JVYOqDuXcywO844DwBw&ved=0CCYQ6AEwAQ#v=onepage&q=catedral%20de%20gloucester&f=false
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