lunes, 15 de mayo de 2017

CISTERNA ÁRABE DE QUART DE POBLET





Quart de poblet tiene un origen que se remonta hasta tiempos de los romanos, el nombre de Quart se vincula al hecho de que este se encontraba a cuatro millas romanas de la ciudad de Valentia. A pesar de tener un pasado tan lejano no pervive en el municipio ningún resto arqueológico de este origen.

Fue en la Edad Media cuando se convierte en parte protagonista de la historia. Pues según cuenta el Cantar de Mio Cid, Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid Campeador, luchó en Quart de Poblet la Batalla de Cuarte contra las fuerzas almorávides que sitiaban Balansiya (Valencia) el 21 de octubre del año 1094. En este momento Quart no era más que uno de muchos poblamientos que configuraban el cinturón defensivo de la ciudad de Valencia.
En estos momentos Quart no era más que una serie de casas que no permitían saber desde el exterior ni la importancia ni la forma que tenían. Con calles muy estrechas, pues la regla de Mahoma dice que han de medir 7 pies, y parecer un laberinto de pasajes tortuosos que llevan hasta las casas, así no se permite la orientación ni la visión integral de los barrios. Las calles son más bien de acceso casi privado.

El núcleo musulmán se encontraría entre el río Turia y los caminos de Valencia a Madrid y el de Manises. En el primero hay un ramal que se dirige hasta la población de Aldaia junto a la acequia de Quart-Benáge, del segundo sale un ramal hacia Paterna.
El trazado de las calles de Quart es tortuoso, muy similar a lo que podríamos llamar un laberinto, incluso algunas de estas calles con formas curvas impiden ver el final de las mismas

Se podría decir que uno de los cambios más importantes a nivel histórico de la vida en Quart se producirá en el siglo XIII, tras la Reconquista. En este momento el rey Jaume I ofrecerá en donación el Castillo, la Villa de Quart y la Alquería de Aldaia al Priorato del Hospital de San Vicente de la Roqueta. Ya en 1287, por decisión del rey Alfonso II de Aragón, el municipio quedaría bajo la jurisdicción y el dominio feudal del Monasterio de Santa María de Poblet, perteneciente a la orden del Císter y del que dependía San Vicente de la Roqueta.

En dicha época la población de Quart era pequeña pues tan solo contaba con 130 casas de cristianos viejos.
En el año 1332, el rey Alfonso IV de Aragón le daría el permiso al abad de Poblet, Pere Copons, para expulsar a los mudéjares y en el año 1334, permitió a 52 familias de Cataluña y Aragón que marcharan a vivir a Quart de Poblet, teniéndolo como su lugar de residencia.
La dependencia del pueblo hacia el monasterio de Poblet se mantendría durante cinco siglos más hasta que en el 1835 Mendizábal decretó la desamortización. Quizás el mayor legado que dejó el monasterio al pueblo en esta época fuera el nombre por el cual hoy es conocido Quart de Poblet.

Se piensa que la gran cisterna de agua que se encuentra en Quart data de el siglo XIV, a pesar de haber algunas especulaciones que intentan datarla en época árabe, u otras que la llevan hasta el siglo XVI, dados algunos hechos parece ser que no sea posterior al primer tercio del siglo XIV.

La gran mayoría de los aljibes o cisternas de la época, seguían un orden constructivo muy similar así como un método de utilización bastante parecidos aunque en ocasiones, y siempre dependiendo de su emplazamiento este podía variar en algunos aspectos.
Como norma general solían estar cubiertos por una bóveda de cañón o ligeramente apuntada, construida en ladrillo, cuya utilidad clara en el momento de su construcción no era otra que almacenar el agua. Su destinación era mayoritariamente para el consumo humano y solían llenarse ya fuera derivando el agua de la lluvia, mediante el transporte del líquido con carros y toneles desde ríos, fuentes o acequias; o derivando el curso de algunas acequias como será el caso del aljibe de Quart de Poblet y de Aldaya.
Pero estas cisternas de almacenaje no tenían que ser construidas siempre con la misma tipología, pues existe también el caso de algunas cisternas excavadas directamente en zonas donde existen grandes moles rocosas. En dicho caso, siempre se llenaba con la desviación mediante canales radiales del agua de lluvia tallados en la superficie de las rocas, que se encontraban en depósitos tallados en la roca de hasta 30 metros cúbicos de capacidad. Los aljibes podían ser de uso privado o público. En el caso de tratarse de uno de uso privado, es evidente que esto era solo posible para los más adinerados del lugar, el resto de habitantes si no contaban con buenos pozos, tenían que conformarse que almacenar el agua en cántaros o tinajas.


Y es que en todo momento de la historia, cualquier asentamiento humano se ha encontrado con el problema de valorar una serie de acontecimientos en el momento de elegir el lugar en el que erigir un emplazamiento. En muchas ocasiones era posible que las necesidades de protección y defensa del mismo fuera un condicionante importante a la hora de realizar esa decisión, pero hay algo sin lo que ningún campamento, aldea, pueblo o ciudad pueda subsistir, ese algo no es más que el agua.
Por ello lo primero que se tenía que valorar a la hora de elegir un lugar era su proximidad a fuentes, riberas de ríos, etc., en estos lugares se ha concentrado la mayor densidad de personas a lo largo de la historia.
Pasando a hablar propiamente de la cisterna de Quart de Poblet, hay que decir que esta se encuentra en el subsuelo de la plaza de la iglesia, aquí se encuentra una de las cisternas medievales mejor conservada de la zona. De esta especie de depósitos subterráneos de agua existieron dos en la plaza del Castell de Manises y hoy en día todavía se conserva una bajo los ayuntamientos de Aldaya y de Paterna, esta última actualmente se encuentra cubierta.
El aljibe de Quart fue declarado Monumento Histórico y Artístico Local en el BOE del 15 de abril de 1981:
MINISTERIO DE CULTURA
Resolución de 19 de febrero de febrerp de 1981, de la Dirección General de Bellas Artes, Archivos y Bibliotecas por la que se acuerda tener por incluido el expediente de declaración de monumento histórico-artístico y arqueológico de carácter local a favor de la "Cisterna Árabe", de Quart de Poblet (Valencia).
Vista la propuesta formulada por los Servicios Técnicos correspondientes.
Esta Dirección general ha acordado:
Primero – Tener por incluido, el expediente de declaración de monumento histórico-artístico y arqueológico de carácter local a facor de la "Cisterna Árabe", de Quart de Poblet (Valencia).
Segundo – Disponer con arreglo al artículo 91 de la Ley de 17 de julio de 1958, que se conceda trámite de audiencia a los interesados, una vez instruido el expediente.

Tercero – Hacer saber al Ayuntamiento de Quart de Poblet (Valencia) que, según lo dispuesto en el artículo 17 de la Ley de 13 de mayo de 1933 y 8º del Decreto de 22 de julio de 1958 todas las obras que hayan de realizarse en el monumento cuya declaración se pretende, o en su entorno propio no podrán llevarse a cabo sin aprobación previa del proyecto correspondiente por esta Dirección General.
Cuarto – Que el presente acuerdo se publique en el "Boletín Oficial del Estado".
Lo que se hace público para general conocimiento.
Madrid, 19 de febrero de 1981, - El Director general, Javier Tusell Gómez.
Como ya comenté con anterioridad a la cisterna de Quart se la había considerado una cosntrucción de origen islámico, sobre todo a partir de lo siguiente: 

El moro FAI-TA-NAR que como todos los árabes sentía veneración por el agua, pasadas las angustias de la sequía, mandó construir una enorme cisterna frente a la Mezquita, con arreglo a los planos que él mismo trazó, pues era un buen arquitecto, ayudado en las obras de albañilería por el "MESTRE DE OBRES" Boro Timoneda, el cual cobró por todo los trabajos de excavación y albañilería, la cantidad de mil cien libras valencianas, equivalentes a unas cuatro mil cien pesetas actuales. Tenía esta cisterna una cabida de cuarenta mil cántaros de agua, y en tiempo de los árabes se llenaba durante el cuarto creciente de la luna de enero, pues era creencia general que llenándola en aquellos días, el agua se conservaba más fresca y pura, y no criaba nunca "cabuts ni granotes".Esta entrañable cisterna que durante más de siete siglos ha prestado a nuestro pueblo un servicio valiosísimo, empezó a construirse en el año 1090, siendo inaugurada en el verano de 1094.

El hecho de que la cisterna de Quart sea una de las de mayor envergadura, no es un hecho al azar, esto tiene una razón y es que la población era de gran importancia en le Edad Media por su posición defensiva dentro de la zona de l'Horta. De esta manera Jaume I, en su "Crónica", dice de su torre: E dixem nós que la torre de Montcada, e és mol bona torre, e ha-hi gran riquea, e és de la part de la vila que no n'hi a mellor de Quart enfora...

El aljibe tiene su acceso a partir de una larga escalera que en la parte superior llega al 1'80 metros de ancho y poco a poco se va abriendo hasta alcanzar los 2'70 metros en la zona inferior. Desde la puerta de entrada hasta la parte más baja de la construcción hay una longitud total de 20'85 metros, con una bajada total de 7 metros .
La escalera cuenta con 41 peldaños y a lo largo de esta se encuentran tres replanos utilizados para que las personas que subieran cargadas de agua pudieran descansar en el trayecto pues las escaleras son muy empinadas y costosas de subir. Los escalones actuales están realizados con ladrillos macizos, pero hasta no hace mucho, antes de la restauración, estos eran de losas de rodeno variando sus medidas de un escalón a otro. La bóveda hoy en día se encuentra pintada de blanco, como todo el conjunto en general. Esto provoca que no se dejen ver los ladrillos originales del aljibe colocados a sardinel. La altura entre la bóveda de las escaleras y el suelo es de 2'70 metros.
Al final de la escalera encontraremos un rellano todavía más grande que los anteriores, este mide 2'70 x 2 metros, ahí es donde adosados a la pared izquierda, se encontraban los grifos por donde la gente procedía al llenado de los recipientes. Actualmente, estos grifos ya no existen y en su lugar se encuentra el punto por el cual se da acceso a la propia cisterna.
La planta de esta es rectangular, de 15'25 metros de largo y 6'15 metros de ancho. Con una altura de 7 metros, 5'65 de ellos cuales corresponden a la cisterna en sí, mientras que 1'35 forman parte de la bóveda .
La capacidad aproximada del aljibe se encontraría entre 500 y 530 metros cúbicos, es decir entre 500,000 y 530,000 litros. Las paredes por tanto debían ser muy gruesas para aguantar tal presión lateral, estas tienen un grueso de 1'60 metros y estan hechas de mortero. En origen las paredes estaban construidas a primera vista, con ladrillo árabe, en disposición de ladrillo dormido los muros, a sardineta la bóveda y el suelo con baldosas cocidas. Esto actualmente no puede verse pues las paredes fueron lucidas con cemento en el año 1913.
En la zona que hoy es la plaza de la iglesia, había un respiradero en forma de chimenea, así como unos lugares por donde introducirse para su posterior limpieza.


Aproximadamente en el mes de diciembre se procedía al vaciado del agua sobrante de la cisterna, para más tarde en el mes de enero volver a llenarla a través de uno de los ramales de la acequia de Quart, esta llega tras pasar por el barranco a través del acueducto de Els Arcs.
Previamente a su llenado, se aprovechaba para limpiar el interior y hacer la impermeabilización con cal, que además serviría de desinfectante. Una vez realizado esto, se avisaba a los vecinos del pueblo para que no hicieran la colada, ni arrojaran nada a la acequia pues de ella se sobreviviría en los meses de verano, cuando la sequía fuera más patente. El llenado de la cisterna podía durar entre 8 y 10 horas, incluso más, por tanto este se realizaba por las noche, además de para que el agua estuviera lo más fría posible, ya que había una creencia que dictaminaba que el agua se conservaría en mejor estado cuanto más fría estuviera. Antes de pasar ya a la cisterna, probablemente existiera una especie de rejilla que no permitiera el paso del material orgánico que pudiera malograr el suministro de agua.
En el año 1875 la cisterna se restauró y reparó, además se construiría una pequeña vivienda adosada a la puerta de acceso para que allí habitase la persona encargada de la manutención de la misma, así como de abrirla y cerrarla. Esta pequeña vivienda fue retirada en el momento que la cisterna dejó de cumplir su función.
A continuación dejo un testimonio de un habitante de Quart sobre la cisterna y la persona que vivía en la casa:
La tia Cisternera es cuidava de la cisterna. En deien que tenia molt mal geni. Es preocupaba que als xiquets -i als majorets-, en pujar els quaranta llarguíssims escalons des de l'aixeta al carrer, no se'ls trencaren els cànters o els recipients de l'aigua. Intentava evitar així que l'escala quedara humida i esvarosa, cosa que quasi mai no aconseguia. També els monyacs li la feien. Contava el tio Xarnego: "Quan era xiquet, la Colasa agarrava una falà de pedres del riu i, els dos -erem cosins-, jugàvem en la cisterna a tirar-les pels escalons i... escapar-nos corrents".

La cisterna se siguió llenando y vaciando con el mismo método hasta mediados del siglo XX, cuando el agua corriente llegó a la población y el aljibe dejó de tener una función clara. Aunque en las primerías de la llegada del agua corriente todavía se seguía utilizando pues esta no llegaba a todos los lugares del pueblo.
En el momento que la cisterna dejó de tener utilidad, no fue olvidada por los habitantes de Quart, pues le tenían mucho cariño por la cantidad de veranos que los había ayudado a soportar el intenso calor así como la sequía, y ya en los años 70 del siglo XX sirvió como una improvisada sala para una exposición sobre herramientas agrícolas.
En el año 1981 se emprendieron las primeras obras de restauración y es el momento en el que se perforó el muro para realizar la puera por la que hoy en día podemos entrar. Estas obras de restauración, como ya comenté antes, también comportaban el derribo de la "Cisternera" como se llamaba a la mujer que allí vivía. Además se suprimió un pilar añadido a la bóveda del depósito.

En la actualidad, la cisterna ha sido rehabilitada por completo, para abrirla al público e intentar darle un uso cultural, se ha respetado casi por completo su estructura original y de esta manera se favorece su conservación. La puerta de acceso fue construida con ladrillo macizo, utilizando un arco de medio punto como acceso a través de una puerta de hierro. La sala de la cisterna, se ha revestido en cal. Además tanto las escaleras, como la cisterna en sí, ha sido adecuadamente iluminada para albergar la función que actualmente se le da, la de sala de exposiciones. Aunque dada su mala disponibilidad para la entrada de personas con movilidad reducida, la mayoría de eventos se intentan hacer en lugares adecuados.

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